Edificio plurifamiliar - Residencial Les Angleves
Titular; Privado
Año; 2012
Conjunto residencial de viviendas en el Coll d'Ordino
Proyecto realizado con el equipo de ENGINESA
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Arquitectos: Pau Iglesias
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Colaboradores: Sonia Palau Garcia
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Estructura: Jordi Gajas Giralt
Constructora: Dragasa+Construcciones Modernas
Descripción
Premisas de partida contrapuestas determinan el carácter resultante del edificio: integración en el entorno y singularidad de la construcción, tradición y modernidad, máximo aprovechamiento y amplitud de espacios, máxima eficiencia energética y grandes aberturas…, una volumetría para ser vista y un espacio para ser vivido.
La primera impresión transmite orden, equilibrio y sobriedad, algunos dirían incluso elegancia. El juego de volúmenes salientes, de líneas rectas –o de entrantes, según se mire–, crea un ritmo de planos, una pauta entre las luces y las sombras que contribuye a dar una imagen más dinámica.
La composición de los distintos materiales empleados está orientada a potenciar esta sensación.
Como por sorpresa, nos damos cuenta de que en este caso la piedra de pizarra, el monocapa y el Werzalit tienen un toque de modernidad que no les es propio. Tal vez el juego de planes les ha hecho traspasar la barrera de la tradición y, tal vez, la chapa de acero pintada en negro que los delimita y al mismo tiempo les engloba ha contribuido a ello.
Al traspasar la puerta de entrada de cualquiera de las once viviendas, nos convertimos en los espectadores del silencio que se respira entre las paredes, donde las sensaciones de los sentidos de la vista y el oído se complementan.
Los ventanales de las salas se transforman en los escaparates del paisaje para mostrar que, a pesar de encontrarnos en medio de la naturaleza, las calles empedradas de Ordino nos son muy cercanas y abren el paso a las grandes terrazas, las cuales nos permiten gozar de la experiencia desde una posición privilegiada, ya que son unos miradores magníficos sobre el valle.
Las diferentes piezas de la vivienda se impregnan del ambiente despejado del exterior a través de la luz difusa que baña todos los espacios; son las de debajo cubierta el máximo exponente, gracias a la colocación estratégica de aberturas en el losado, que permiten la entrada a nuestra casa de un trozo de cielo.
Una vez más, los materiales empleados, en este caso para vestir el espacio interior, se conjugan para transmitir esa sensación de serenidad; quizá pureza, por su marcada linealidad; quizá neutralidad, por sus tonos blancos; tal vez calidez, por la utilización del parqué sobre un suelo radiante que nos calienta toda la vivienda.
Y también una vez más sólo un objeto difiere del conjunto para alcanzar la relevancia que le corresponde dentro del espacio que ocupa: el volumen magnificado de la chimenea, que se potencia con la aplicación de un color burdeos que lucha con el paisaje para ganar la atención del observador.