La intervención arquitectónica, más allá de su efecto puramente constructivo, tiene un objetivo de lectura histórica, facilitando la comprensión del monumento.

​

El patrimonio cultural de un país es un tesoro que debe preservarse para las generaciones futuras. Los edificios catalogados como patrimonio cultural desempeñan un papel fundamental en la preservación de la historia y la identidad de la comunidad.

​

Durante todo el proceso de rehabilitación, es necesario buscar preservar la identidad histórica del edificio. Se respetarán y restaurarán elementos originales siempre en sus posibilidades, utilizando técnicas y materiales tradicionales para mantener la coherencia estética y arquitectónica con la época en que fue construido. El objetivo final es conseguir un equilibrio entre la preservación de la historia y la adaptación del edificio para satisfacer las necesidades y estándares actuales.

​

Siguiendo el modelo de las actuaciones en los edificios de gran importancia en los estados europeos, la intervención que se propone, es una intervención de segundo plano, una intervención donde el edificio actual tiene un carácter importante y éste no puede ser restituido por el conjunto de intervenciones, puesto que el edificio está por encima de los personalismos. Por eso se busca no tocar el conjunto monumental actual y hacer un nuevo núcleo con materiales secundarios y ligeros, con durabilidad en el tiempo pero sustituibles por nuevos materiales y dejando claro que el actor principal es el actual hotel y el nuevo edificio (necesario para dotar de utilidad a lo existente) tiene un protagonismo secundario.

​