Por qué el tranvía (LRT) es la mejor opción de transporte para Andorra
- Pau Iglesias Rodríguez, Arquitecte
- hace 11 horas
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Hace tiempo que en Andorra hablamos de movilidad. Llevamos años identificando los mismos problemas y décadas conviviendo con un modelo basado casi exclusivamente en el vehículo privado. Este artículo no nace de una ocurrencia ni de una moda tecnológica: nace de un estudio profundo, riguroso y multidisciplinar, y también de una convicción personal.
Soy defensor del transporte ferroviario en general, y del tranvía (LRT) en particular. No por romanticismo ni por nostalgia, sino porque el ferrocarril ha demostrado, en numerosos lugares, ser el sistema más eficiente, fiable y estructurador cuando se trata de movilidad colectiva en corredores de alta demanda. Y Andorra, con todas sus singularidades, no es una excepción.
Antecedentes del proyecto
El Gobierno de Andorra impulsó el estudio para la implantación de un sistema de transporte público urbano segregado, así como la redacción del correspondiente Plan sectorial de infraestructuras del transporte público.
Este trabajo se ha desarrollado en el marco de una UTE integrada por SUPORT Enginyers Consultors, EUROCONSULT y ARIET Studio, con la participación de otros colaboradores especialistas en estudios de demanda, análisis de sistemas, geotecnia e ingeniería del transporte.
Desde ARIET Studio hemos participado como adjudicatarios dentro de esta UTE, trabajando especialmente en el análisis del trazado, su encaje urbano y la compatibilidad con el planeamiento vigente y futuro. El proyecto se ha estructurado en fases, con una primera etapa de análisis de alternativas y contraste con los comunes implicados.
No hablamos, por tanto, de una propuesta teórica, sino de un proceso técnico real, contrastado y compartido, que ha permitido estudiar todas las opciones antes de tomar decisiones.
Un estudio fundamentado en criterios objetivos
Uno de los grandes valores de este estudio es que no se ha realizado desde una única disciplina. Han intervenido expertos en:
estudios de demanda,
ingeniería del transporte,
sistemas y material ferroviario,
geotecnia,
urbanismo e infraestructuras.
Este enfoque transversal es clave, porque el transporte público no es solo una cuestión de vehículos: es una cuestión de territorio, ciudad, economía y calidad de vida.
Qué alternativas de transporte se han analizado
Durante la fase 1 se han estudiado todas las alternativas que habitualmente se plantean como sustitutas del tranvía:
Autobús eléctrico en carril segregado (BRT).
Autobuses articulados y biarticulados.
Sistemas híbridos: tranvía-bus, tranvía sin vía, sistemas con ruedas y guiado óptico.
Experiencias internacionales similares (Vitoria, Bogotá, Curitiba, diversas ciudades francesas).
Autobuses con baterías y con hidrógeno verde.
Ninguna de estas opciones se ha descartado de entrada. Todas han sido analizadas con datos reales, experiencias existentes y criterios de operación, mantenimiento y explotación.
Por qué las otras alternativas no resuelven el problema de Andorra
Muchas de estas soluciones funcionan en otros contextos, pero no dan una respuesta óptima a la realidad andorrana.
Los principales inconvenientes detectados son:
Limitaciones de capacidad, que obligan a incrementar flota y personal a medida que crece la demanda.
Segregación frágil: un carril bus sin separación física acaba siendo ocupado.
Costes de mantenimiento elevados, especialmente asociados a baterías y renovación de flota.
Menor atractivo para el usuario, que sigue percibiendo el autobús como una alternativa secundaria al vehículo privado.
Escasa capacidad transformadora del espacio urbano.
Los ejemplos que a menudo se citan como referencia responden a escalas urbanas, densidades y estructuras territoriales muy diferentes a las de Andorra, y no son directamente extrapolables.
Las ventajas clave del LRT
El tranvía (LRT) no es solo un medio de transporte: es una infraestructura estructurante del territorio.
Entre sus principales ventajas destacan:
Alta capacidad y regularidad, con vehículos de gran aforo y frecuencias estables.
Fiabilidad operativa, gracias a una segregación real y prioridad de paso.
Menor coste global a largo plazo, considerando todo el ciclo de vida del sistema.
Flexibilidad, ya que permite adaptar la capacidad añadiendo o retirando módulos.
Capacidad para atraer nueva demanda, compitiendo directamente con el vehículo privado.
Reducción de los desplazamientos en coche, especialmente en los corredores principales.
Estructuración de intercambiadores modales eficientes, conectando autobuses, telecabinas y otros sistemas.
Función vertebradora del territorio, ordenando crecimientos urbanos y la movilidad futura.
Impacto urbano positivo, mejorando el espacio público y la calidad de la ciudad.
Mirando más allá: una infraestructura de futuro
Actualmente, el estudio detallado del trazado se centra en el tramo comprendido entre el centro de Escaldes-Engordany y la llegada a la frontera hispano-andorrana. Este es el primer paso lógico y realista.
Pero la visión debe ser mucho más amplia. El futuro del sistema pasa por:
Conectar por el sector sur con La Seu d’Urgell y el aeropuerto Andorra–Pirineos, reforzando la conexión internacional.
Conectar por el sector norte con La Massana y Ordino, y por el otro lado con Encamp y Canillo, mediante intercambiadores modales eficientes.
El tranvía no debe ser una línea aislada, sino el eje principal de una red de transporte público integrada a escala de país.

El momento de decidir
El tranvía no es un fin en sí mismo. Es una herramienta al servicio de un modelo de país más eficiente, más sostenible y mejor preparado para el futuro.
Como arquitecto, como técnico y como ciudadano, creo honestamente que el transporte ferroviario —y el tranvía en particular— es la mejor alternativa para Andorra. No porque sea la más vistosa, sino porque es la que mejor responde a nuestra realidad presente y futura.
Ahora no se trata de estudiar más, sino de decidir. Y, sobre todo, de decidir bien.









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